martes, 25 de agosto de 2015

Hoy vamos a realizar un ejercicio muy interesante. Observa la siguiente fotografía y escribe una historia de dos cuartillas, con tema libre.


Tienes hasta dos días para terminar de escribir tu historia; el viernes 28 de agosto de 2015 compartiremos nuestros trabajos en esta publicación. Puedes mandar tus historias a mi correo para que pueda hacerte comentarios: ivan.pumax@gmail.com .

¡A trabajar!

Nuevas entradas

Después de más de un año de ausencia, regreso para compartir con ustedes nuevas entradas relacionadas con la literatura.

¡Nos leemos pronto!

martes, 12 de noviembre de 2013

jueves, 18 de julio de 2013

Trabajando

Casi he terminado de escribir mi cuento, podré compartirlo en poco tiempo. Mientras, les comparto unas palabras del escritor mexicano Jorge Ibargüengoitia.

Insultos Modernos
Relexiones sobre un arte en decadencia

El director de la segunda escuela en que estuve, que era salvadoreño y ya viejo, tenía tres insultos predilectos: “patán”, “vulgarón” y “eres más papista que el Papa”. Todos los que pasamos por su escuela estábamos de acuerdo en que no había espectáculo más divertido que ver a don Alberto amoratado, balbuceando entre espumarajos:
—¡Patán! ¡Vulgarón! ¡Eres más papista que el Papa!
En consecuencia gran parte de las acciones del alumnado estaban dirigidas a conseguir este fin.
Este es un ejemplo de lo que es un insulto mal hecho y de las consecuencias que tiene imitarlo: el que insulta y falla está perdido, más le valiera no haber insultado.
Si analizamos los tres insultos de don Alberto nos damos cuenta de que los dos primeros son palabras sonoras que deberían tener cierta eficacia. Son deleznables porque se usan poco en México y porque se refieren a características del individuo que no son intrínsecas: se puede ser inteligentísimo y portarse como un patán. Están dentro de la misma categoría que “groserote” o “ignorante”. Son insultos suicidas.
El ser alguien más papista que el Papa es ineficaz porque resulta críptico en un país en el que nadie le ha puesto peros a la autoridad papal y porque, además, no es posible hacer un insulto con tantas pes.
Sobre los insultos más usados cabe decir lo siguiente: son nacionales, automáticos e independientes del verdadero sentido de la frase.
Tomemos por ejemplo los tres grandes insultos mexicanos, palabrotas que no se pueden escribir en estas páginas. Uno de ellos es la definición de rasgos bastante vagos en el carácter de la madre del insultado, que según el caso pueden coincidir o no con la realidad. Esta última alternativa carece de importancia, porque el insulto, una vez proferido, produce irremediablemente descargas de adrenalina en el insultado.
El segundo insulto es todavía más extraño: es una orden de ir a ejecutar ciertos actos. Orden que a nadie, en sus cinco sentidos, se le ocurriría obedecer. Sin embargo, aparece un individuo sin ninguna autoridad, nos da la orden y en vez de entrar en el alegato de “¿Quién es usted para darme órdenes?”, sacamos el fierro, si lo traemos, y le damos un tajo.
El tercer insulto, que sin ser tan grave es más doloroso, se refiere a las características mentales del sujeto al que va dirigido el insulto, cuya eficacia estriba en que —a unos más y a otros menos, a unos esporádica y a otros sistemáticamente—, a todos nos falla el coco.
Los insultos tradicionales, considerados en su función de motores de la relación entre insultante e insultado, tienen defectos muy graves, uno es que carecen de elasticidad y conducen al diálogo por caminos muy trillados que terminan siempre en un impasse.
No hay nada más aburrido que oír a dos personas insultarse siguiendo el orden acostumbrado, para acabar diciendo:
—¿Qué?
—¿Pos qué qué?
—Lo que quieras, buey.
Al llegar a ese punto nefasto, los contendientes llegan a las manos o empiezan a decir “deténganme, porque lo mato”.
Otro defecto, probablemente el más grave, de los insultos tradicionales consiste en que no hacen muella en la reputación del insultado. Es decir, nadie va a creer que un señor es lo que le dijeron. La reputación del insultado depende de su reacción al insulto, no de la veracidad del mismo.
Tampoco le dan autoridad al insultante. Nunca he oído decir:
—Fulano le dijo (aquí entra una bastante gorda) a Zutano. Sus razones tendría.
Insultos que no tienen nada que ver con la realidad, que son automáticos, que conducen a un impasse, que no hacen mella y que no dan autoridad, deben ser desechados y sustituidos por nuevos insultos -de los que trataré en fecha próxima- que aunque resulten más laboriosos sean más eficaces. 



miércoles, 3 de julio de 2013

3 de julio natalicio de Franz Kafka

Franz Kafka, escritor en lengua alemana, nacido en Praga (imperio Austro-húngaro) un 3 de julio de 1883.


Les comparto un fragmento de su obra Metamorfosis:

"...
Desde entonces no perdía la oportunidad de abrir un poco la puerta por la mañana y por la tarde para echar un vistazo a la habitación de Gregorio. Al principio le llamaba hacia ella con palabras que, probablemente, consideraba amables, como: «¡Ven aquí, viejo escarabajo pelotero!» o «¡Miren al viejo escarabajo pelotero!» Gregorio no contestaba nada a tales llamadas, sino que permanecía inmóvil en su sitio, como si la puerta no hubiese sido abierta. ¡Si se le hubiese ordenado a esa asistenta que limpiase diariamente la habitación en lugar de dejar que le molestase inútilmente a su antojo! Una vez, por la mañana temprano -una intensa lluvia golpeaba los cristales, quizá como signo de la primavera que ya se acercaba- cuando la asistenta empezó otra vez con sus improperios, Gregorio se enfureció tanto que se dio la vuelta hacia ella como para atacarla, pero de forma lenta y débil. Sin embargo, la asistenta, en vez de asustarse, alzó simplemente una silla, que se encontraba cerca de la puerta, y, tal como permanecía allí, con la boca completamente abierta, estaba clara su intención de cerrar la boca sólo cuando la silla que tenía en la mano acabase en la espalda de Gregorio...".



martes, 2 de julio de 2013

2 de julio, natalicio de Hermann Hesse.



Hermann Hesse nació un 2 de julio de 1877, fue un escritor alemán, nacionalizado suizo, ganador del premio Nobel en 1946. 

Algunas de sus obras más conocidas: El lobo estepario, Bajo la Rueda, Siddhartha y Demian.

Les comparto un consejo de Hermann Hesse:

"Hacer versos malos depara más felicidad que leer los versos más bellos."



Nana



Y a la nana nanita 
y a la nana nana, nanita le haremos, 
en el campo una chocita 
y en ella, nos meteremos. 

Y a la nanita nana 
y a la nanita nana, nanita de aquel, 
que llevó al caballo, 
lo llevó al agua 
y lo trae sin beber. 

Ven aquí niño chiquito 
que viene el coco 
y se lleva a mi niño 
si duerme poco. 

A la nanita nanita 
¡Válgame San Rafael! 
Tener el agua tan cerca 
y no poderla beber.




Me encuentro escribiendo un pequeño cuento que pronto compartiré con ustedes. Encontré esta nana por internet y me di cuenta que era lo que buscaba para el final de mi cuento, por lo que la comparto con ustedes.

Seguimiento